Se puede entender por excusa como la manera más sencilla de evadir ciertos compromisos de la vida cotidiana. Usualmente las personas que emplean este término tienen la intención de eludir alguna responsabilidad que estaba por cumplir y de la cual no puede o quiere ocuparse.
Es común notar como un individuo pretende justificar una situación en la que ha fallado y, por consiguiente, evitar la culpa. Sin embargo, al no realizar una labor que fue encomendados u honrar la palabra que se dio a otros, se utilizan estos recursos.
¿Qué es una excusa?
La utilización de este concepto deriva de un argumento válido, pero que podría dejar mucho que desear sobre el comportamiento y sentido de pertenencia de la gente. Por ello, para que exista un pretexto, debe haber responsabilidades y compromisos de por medio.
Hay muchas formas de los quehaceres diarios en los que se pueden plasmar este tipo de actitudes, que van desde la vida familiar, hasta el ámbito académico o laboral. No hay distinciones de edad para la práctica paulatina de este concepto.
En el caso de las personas adultas que adquieren este comportamiento y van empleándolo con frecuencia, puede llegar el momento en que este método de evasión sea un recurso imprescindible para cualquier momento de la vida.
Al principio podría no notarse demasiado, pero a mediano plazo estas acciones repercutirán de manera significativa en la credibilidad y confianza que otros puedan tener al respecto.
Ejemplos de excusas
1. “No soy bueno para las matemáticas”
Son los tipos de excusas más comunes en niños que no quieren hacerle frente a la situación. Ya sea por no tener ganas de estudiar, por no entender realmente lo que se dicta en la materia o querer quedarse en casa, los pequeños buscan la manera de justificar su falta.
2. “Tengo una cita médica”
La frecuente visita al especialista muchas veces es usada como pretexto para no presentar un examen importante, entregar un proyecto corporativo o asistir a un compromiso social, al que ya se confirmó asistencia. Se utiliza para tapar imprevistos, mientras se intenta quedar bien.
3. “Lo hago más tarde”
A pesar de ser una frase usada con regularidad en muchos puestos de trabajo, este pretexto es muy común en la vida cotidiana en general. Esta es una manera cómoda para dejar de ejercer una obligación y postergarla en el tiempo. La adopción de esta postura también recibe el nombre de “procrastinación”.
4. “No tengo tiempo”
En la mayoría de los casos en que se presenta esta situación es verídico que existe una gran cantidad de trabajo por hacer, pero en algunas oportunidades el caso puede ser contrario. Basándose en el oportunismo, podrían haber empleados que afirmen que están “a tope de trabajo”, para librarse de obligaciones adicionales o retrasar el proceso.
- VEA TAMBIÉN: ¿Cómo es una Persona Toxica?
Significado negativo
Mientras el tiempo sigue pasando y las personas siguen usando estos métodos para incumplir de distintas formas, se crean malos hábitos que alteran las relaciones interpersonales y las vuelven tóxicas. Además, puede ser muy molesto para quienes están en los alrededores.
Cuando esto se vuelve común en la vida de alguien es porque hay ausencia de responsabilidad, integridad y acción consciente. “Librarse” de los compromisos no es más que huir de algo que siempre gana en velocidad y que alcanza a cualquiera que se lo proponga.