¿Sabes qué es una lluvia de ideas? O quizá lo conozcas como Brainstorming o Tormenta de Ideas. Esta es una herramienta creativa que generalmente se aplica a grupos de trabajo.
Es importante conocer la definición y significado de una lluvia de ideas, de modo que sepamos cómo aplicar esta herramienta en nuestras mesas de trabajo con grupos laborales o estudiantiles.
Qué es una lluvia de ideas: Definición y significado
Inicialmente tenemos que el concepto de lluvia de ideas se le atribuye a un tipo de herramienta de uso grupal que se aplica para lograr una mejor afluencia de ideas.
El término de “Lluvia de Ideas”, o igualmente bien llamado “Brainstorming”, nace en el año de 1939, y es desarrollado por el pensador y publicista Alex Faickney Osborn, en USA.
Esta herramienta se desarrolla por el estadounidense durante una investigación que estaba realizando en busca de generar diversas formas de hacer fluir la creatividad, tanto de manera individual como grupal.
Es durante esta investigación que surge por primera vez el concepto de la lluvia de ideas, que tenía como premisa de permitir a los empleados ser creativos dentro de una empresa.
La lluvia de ideas nace para presentarse durante una mesa de trabajo, proponiendo un tema base y permitiendo que todos los empleados emitan sus opiniones con respecto al tema escogido.
De este modo, no solo fluye mejor la creatividad, sino que se les otorga a todos los participantes voz dentro de las decisiones que se puedan tomar sobre el tema.
La base de esta herramienta es que se proporcionen ideas espontáneas, logrando que cada cual piense ágil y rápidamente.
Características de una lluvia de ideas
Una de las mejores formas de saber cómo hacer una lluvia de ideas, es conocer a detalles las características de una lluvia de ideas, para saber cómo llevarla a cabo.
A continuación, podremos explorar a detalle cuáles son las cualidades que definen lo que es una lluvia de ideas, de modo que aprendamos cómo debe ser aplicada esta herramienta laboral.
1. Participación de un moderador
Dentro de las mesas de trabajo que se crean para lograr una lluvia de ideas fructífera y efectiva, debe existir un moderador que lleve el control de la mesa laboral.
Este moderador será quien proponga el tema que se discutirá dentro de la mesa de trabajo y llevará el control y voz de mando durante el desarrollo de la dinámica.
Así mismo, es el encargado de determinar qué ideas resultan más útiles y puede llegar a aportar un posible crecimiento para el fin que están buscando.
Generalmente, el que hace el papel de moderador en la mesa de trabajo, es el líder del grupo, por lo que es normal que el mismo esté a la cabeza.
2. Límite temporal definido
Para que una tormenta de ideas se realice de manera efectiva, es estrictamente necesario que la misma posea un límite de tiempo ya estructurado desde un inicio.
Por lo general, se acostumbra a establecer un límite de entre 60 – 90 minutos, donde se suelen emplear los primeros 10 minutos para motivar al equipo.
Posteriormente, el resto del tiempo se dedica a la generación y creación de diversas ideas, las cuales se van mezclando y ligando entre sí, para mejorarse hasta conseguir un ideal
De este modo, se lleva la cuenta del tiempo que se invierte en la generación de ideas. Esto mismo también permite que el flujo de ideas sea más rápido.
Usualmente, la creación de ideas puede tomar no más de 20 – 30 minutos, y en este tiempo se determinan qué ideas pueden surgir en relación al tema que se planteó.
Posteriormente, el tiempo que reste después de terminada la tormenta de ideas, se suele dedicar a hacer una síntesis general de lo que se hará en base a todo esto.
- VER TAMBIÉN: Ejemplos de Lluvia de Ideas
3. Grupos con límites de personas
Este tipo de herramientas de trabajo en grupo necesitan de manera rigurosa que se cumpla con un límite de personas que pueden participar y opinar durante la lluvia de ideas.
Por lo general, se estipula que no sean grupos de trabajo con más allá de 10 – 15 miembros participando en la Brainstorming, por lo que son grupos cerrados relativamente pequeños.
El objetivo de crear grupos de trabajo limitadamente pequeño, más que nada recae en el hecho de poder manejar el grupo de manera más tranquila y controlada.
Adicionalmente, también se tiene en cuenta el hecho de que tenemos que saber para qué es una lluvia de ideas, pues con un grupo más grande se perdería su función.
Ya que recordemos que la lluvia de ideas busca llegar a un objetivo conciso y establecer una premisa sobre la cual trabajar, pero se estarán intercambiando ideas durante el proceso.
A raíz de esto, en el caso hipotético de tener un grupo mucho mayor de 15 personas, lo más probable es que las ideas se pierdan y se tergiversen erróneamente.
Esto obstruye el flujo de ideas, ralentiza el trabajo, y puede llegar a provocar que el trabajo realizado durante la lluvia de ideas sea totalmente tiempo perdido en vano.
Por ello, se procura mantener grupos medidos de tal cantidad de personas, evitando así tanto que se tergiversen las ideas, como que se pierdan o se repitan.
4. Un mismo objetivo central
La importancia de la lluvia de ideas en toda empresa recae en el hecho no solo de mantener activa la creatividad de sus empleados, sino también en compaginar sus opiniones.
Sin embargo, este objetivo no sería nunca alcanzable si no se lograse un enfoque que parta desde una misma idea principal, es decir, la temática que se disputa en cuestión.
Para lograr que el debate de ideas que se llevará a cabo se centre en un mismo hilo conductor, es importante que el moderador mantenga una presencia firme en esta.
Es importante a su vez crear un esquema o pauta de aquello que deseas evaluar durante la lluvia de ideas, y presentarlo a tu grupo, logrando que lo sigan.