El valor del respeto resulta sumamente importante, ya que los valores son principios o virtudes que caracterizan a una persona e implican una acción positiva tanto para sí mismo como para los otros.
Muchos coinciden en catalogar al respeto como uno de los principales valores ya que sobre éste se construyen otros.
Un lugar donde el respeto prevalezca con facilidad adoptará y seguirá normas que beneficien a todos, incluso al medio ambiente.
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¿Qué son los Valores?
Como se mencionó al inicio, los valores se refieren a virtudes, es decir, características positivas tanto en una persona como en un objeto o lugar.
Estas características además cumplen una función importante al contribuir tanto al bienestar individual como colectivo.
Los valores son las brújulas sociales que indican lo que es correcto y lo que no, algunos de manera universal otros en un lugar específico.
De allí que los valores se clasifican en valores éticos y valores morales, aunque estos términos muchas veces se confunden y se usan indistintamente.
Los valores éticos tienen un carácter más amplio, son aceptados por más personas y tienden a ser rígidos, mientras los morales pueden variar según la época.
¿Qué es el Respeto?
El respeto es un valor que implica otorgarle un reconocimiento de importancia a algo o alguien lo que conlleva a evitar causarle algún daño u ofensa.
El respeto además puede estar relacionado de alguna manera con la sumisión, permite la sujeción hacia quien se siente respeto y cumplir sus instrucciones u ordenanzas.
Observamos entonces que este valor podemos diferenciarlo en dos niveles, por una parte, permite apreciar a otros, reconocer sus cualidades y aceptar sus diferencias.
Por otra parte, se manifiesta también hacia las figuras de autoridad lo que permite que las normas se cumplan con un interés genuino y una actitud cortés.
El Respeto Como Actitud
El valor del respeto se manifiesta en la conducta de cada quien, pero más que ser una acción temporal es una actitud permanente.
Respetar a otros significa que se aprecia su valor y quiénes son, solo por el hecho de ser, como decía el filósofo Kant, cada individuo tiene un valor intrínseco.
El respeto va de la mano con la empatía, es decir, respetar al otro no implica el ignorarlo o evitar molestarlo solamente y hacerle a un lado.
Quiere decir hacer un esfuerzo por ponerse en su lugar, procurar entender su posición, sin cuestionamientos, aun cuando no se esté de acuerdo con sus ideas.
Respetarse a Sí Mismo
De la misma manera, el auto respeto es otra forma de demostrar la presencia de este valor en la vida cotidiana.
Respetarse a sí mismo es el punto de partida, tanto para demostrar respeto hacia otros, como para poder tener una verdadera vida con significado y propósito.
Cuando el respeto se impone, la convivencia se hace más fácil y llevadera, disminuyen los conflictos y la sensación de bienestar aumenta.
Una persona que entiende el valor de sí mismo, aprecia la vida, y no discrimina hacia quienes demostrar respeto en función de clase social, estatus, raza, religión, u otras características.
Fomentar el Respeto en el Hogar
El respeto, como el resto de los valores, debe ser enseñado para que pueda integrarse en cada persona.
En los diferentes contextos donde hace vida cada individuo es una oportunidad tanto para aprenderlo, como para ponerlo en práctica.
además el impacto afectivo que tiene en nuestras vidas.
Para que en una sociedad reinen los valores se hace necesario que sean transmitidos en la familia y de esta manera reflejados en la actitud colectiva.
Algunas Recomendaciones para Fomentar el Respeto en el Hogar
1. Ejemplo
El ejemplo es la voz que habla con mayor fuerza, demostremos en nuestro proceder lo que queremos enseñar en los demás, especialmente hacia los más jóvenes, y seamos congruentes con nuestras ideas.
2. Saber Escuchar
Muchas veces somos impulsivos para juzgar o señalar a otros sin ni siquiera saber lo que esta persona piensa o cuáles son sus condiciones de vida actuales.
Alimentar el hábito de escuchar al otro de una manera honesta, solo con el interés de realmente conocerle y saber cuáles son sus opiniones es una forma de evitar caer en señalamientos ligeros.
3. Empatía
Saber escuchar al otro nos ayuda a desarrollar empatía, no se trata de cambiar nuestra opinión o querer complacer al otro, sino buscar ponerse en sus zapatos para comprenderlo mejor.
4. Apertura al Aprendizaje
Asumir una conducta rígida con normas estrictas en el hogar puede llevarnos a agredir al otro sin darnos cuenta.
Mientras que mantener una actitud abierta a aprender de otros y corregir los propios errores nos llevará al crecimiento como personas.
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