¿Qué es el Amor de Madre y qué significa?

Amor de Madre

Nuestra madre es el ser más especial que tendremos en la vida y quién nos dará todo, incluso mucho antes de conocernos. Su amor es un tesoro de valor incalculable, el mayor que podemos recibir.

Nosotros no elegimos a nuestra madre, ni ella nos elige a nosotros como hijos. Sin embargo, la conexión que se crea entre ambos es maravillosa.

No sólo la que existe de tipo biológico al momento de nacer, por la presencia de la oxitocina en todas las manifestaciones del amor.

¿Manifestaciones del amor? Sí… el amor se puede demostrar de muchas maneras, y en cada una de ellas se encuentra la oxitocina; cuando damos un beso, un abrazo, cuando tenemos un contacto visual de esos que, como dice el dicho “valen más que mil palabras”… Por todo esto, se habla de ella como “la hormona del amor”.

Amor de una madre

Gracias a ésta hormona, surge desde el primer momento esa relación afectiva entre madre e hijo. Se reconocen mutuamente, necesitan su cercanía, y se encariña el uno con el otro, asegurando un cuidado maternal incomparable, aún por encima de todo. Es así, como surge el lazo de amor más poderoso que puede existir.

La función de la oxitocina despierta un vínculo imposible de quebrantar. Aún así, llegan momentos de la vida en los que le restamos importancia y nos cuesta reconocer el verdadero valor de una madre. Con el pasar del tiempo, es responsabilidad nuestra cuidarla, valorarla, respetarla y amarla. Porque… ¡cuán afortunados somos de tenerla!

Un Amor por encima de las adversidades

Una madre puede llegar a ser nuestra amiga, consejera y el mejor hombro sobre el que podemos llorar cuando sentimos que nuestro mundo se viene abajo. Encontramos en ella un refugio que nos concederá las palabras perfectas en el momento que necesitemos escucharlas…

Aun así, existen circunstancias en las que la relación de madre e hijo se torna un poco complicada a causa de los problemas, sobretodo en la etapa de la adolescencia, cuando el carácter en ambos empieza a chocar, y se consideran insignificantes los consejos provenientes de mamá.

Toda persona tiene una opinión diferente, lo mismo ocurre en el vínculo de madre e hijo. Estas diferencias tienden a ocasionar ciertas fricciones en la comunicación, pero bien sabemos que es necesario aprender a respetar la opinión ajena, por más desacuerdo que haya entre ambas.

Además, llega un momento en el que creemos que separándonos de nuestra madre lograremos construir una personalidad propia, un carácter independiente…Todo esto se puede globalizar en conductas erróneas que nos llevan a desaprovechar el tiempo más valioso de nuestro día a día… El tiempo con mamá.

Un tiempo que transcurre como si fuera un segundo. Sin embargo, con su paso, aprendemos que no habrá una amistad más sincera, que la que nos brinda la persona que nos dio la vida. La confianza se convertirá en pieza clave de la relación, y los consejos pasarán a ser frases indispensables, frases que jamás se olvidarán.

Aprendemos a dejar el orgullo de lado. Corregir el daño ocasionado y pedir disculpas siempre será una buena manera de demostrarle a nuestra madre el amor que sentimos hacia ella, porque ciertos detalles, por más pequeños que los veamos, para ella será lo más hermoso y gratificante que de un hijo se pueda recibir.

Nunca olvidemos lo mucho que una madre es capaz de sacrificar por un hijo. Ser mamá también conlleva a entregarlo todo por el bienestar y la felicidad de su familia. Por esto, siempre será necesario agradecerle con un abrazo, un “te quiero”. Pequeñas cosas, que a ella la harán sentir como lo que es; la mejor mamá del mundo.

Un Amor para toda la vida

Con el transcurrir de los años, llegarán muchas personas a tu vida, pero ninguna, jamás, podrá igualar o reemplazar a una madre. Una madre siempre estará dispuesta a darlo todo por su hijo. Aunque ya no sea un niño, siempre lo cuidará en sus días grises, porque sus ojos así siempre lo verán.

Del mismo modo, para ella los años no vendrán solos. Su cuerpo empezará a envejecer y cuando ese momento se acerque, es allí donde más que nunca debemos estar para ella. Ayudarla a que siga avanzando, así como ella tantas veces nos ayudó.

El amor y el valor de un hijo hacia su madre irán creciendo cada día más. Se irá cultivando poco a poco y la veremos como esa mujer a la que le debemos todo lo que somos. Gracias a ella, que nos dio mucho más que la vida.

Cuida a tu madre, ámala, respétala, mímala y entrégale todo de ti. Ella es y siempre será la bendición más grande, una luz en tu vida. No dejes de lado los momentos que puedas disfrutar con ella. Su amor por ti siempre estará presente, el más sincero y puro que pueda existir. Más allá de todo… Un amor para toda la vida.

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