Las capacidades que tenemos, ¿son innatas, o las aprendemos durante la vida? ¿En qué áreas tenemos habilidades? Todo esto podemos saberlo si exploramos la definición de habilidad.
El ser humano es capaz de desarrollar distintas habilidades a lo largo de su vida.
Definición de habilidad
Para saber qué es habilidad, podemos consultar muchas fuentes, entre ellas la definición de la RAE, lo define como:
La capacidad intelectual, o afectiva, con disposición para hacer algo.
Vemos igualmente que es una cualidad que requiere de inteligencia, y que se puede apreciar desde fuera cuando se realiza con gracia y destreza.
Por tanto, si quisiéramos formular nuestra propia definición, podríamos decir que una habilidad es cuando una persona utiliza sus conocimientos y pericia para cumplir con una tarea de manera grácil.
Más allá de esto, podemos ver que las habilidades pueden o no ser intrínsecas, es decir, podemos o no nacer con ellas, y en prácticamente todos los casos, podemos aprenderlas.
Con la práctica, podemos tomar una capacidad natural, y mejorarla hasta realizarlo de tal manera que a otros les resulte asombrosa. El término se aplica a muchos tipos de habilidades.
Tipos de habilidad
No solamente tenemos habilidades sociales, o mentales, o físicas, si no que poseemos combinaciones de estas, desarrolladas en mayor o menor medida. Entre los tipos más comunes encontramos los siguientes:
Habilidades físicas
Son las que requieren de la utilización del cuerpo. Están estrechamente relacionadas con la coordinación mano-ojo, la agilidad y la precisión con la que realizamos un movimiento.
Es común que este tipo de habilidad se utilice en los deportes, las artes marciales, e incluso en las expresiones artísticas, como la danza o la pintura.
Habilidades cognitivas
Se les conoce con este nombre a todas las habilidades que involucren el pensamiento o la capacidad mental. Dependen de la inteligencia y los conocimientos adquiridos.
Ejemplos de estas serían la capacidad para aplicar la lógica o la memoria, aunque también podrían entrar aquí aquellas habilidades basadas en aplicar conocimientos, como la medicina o la ciencia.
Comúnmente, se cree que mientras más rápido se llega a la solución, mayor es la habilidad. Sin embargo, también es posible generar respuestas más detalladas y precisas con más tiempo.
Habilidades sociales
Estas suelen ser percibidas solamente por las personas con las que nos relacionamos, pues son las capacidades que utilizamos durante interacciones sociales. Dependen del carisma, y suelen ser intrínsecas.
Algunas cosas, como la empatía o el buen sentido del humor, pueden ayudarnos a resultar más atrayentes a otros, o desenvolvernos con mayor facilidad en un entorno social.
La más destacada, sin embargo, suele ser el liderazgo, ya que reúne otras habilidades sociales fundamentales, como el carácter, la buena comunicación o la persuasión.
Habilidades humanas
Si nos adentramos un poco más en fuentes oficiales, encontraremos que la Organización Mundial de la Salud tiene una lista de capacidades a las que considera “habilidades del desarrollo humano”.
En este conjunto encontramos todos los tipos antes descritos, así como habilidades intrínsecas y aprendidas, que según la OMS, son esenciales para el correcto desarrollo de una persona. Estas son:
Autoconocimiento
Aquí nos referimos a un tipo de habilidad social muy especial, ya que no se trata de nuestra relación con otros, si no de nuestra relación con nosotros mismos.
Se refiere a nuestra capacidad de distinguir y descubrir qué es importante para nosotros, nuestra identidad y opiniones, y la manera en que nos comportamos.
Esta habilidad es esencial dado que necesitamos saber qué consideramos importante, a qué darle prioridad, e identificar nuestras conductas para poder cambiarlas cuando se vuelvan inadecuadas.
Empatía
La otra cara de la moneda del autoconocimiento. En este caso, nos referimos a la capacidad de percibir los pensamientos, opiniones o emociones de otras personas.
Cabe aclarar que la empatía no se trata de asumir ni de manipular. Cuando somos empáticos, escuchamos con atención y comprendemos a la otra persona, sin juzgarla o intentar cambiarla.
Comunicación asertiva
Se refiere a nuestra elocuencia, la manera en que expresamos nuestras ideas, y qué tan capaces somos de generar pensamientos que encajen con los de los demás.
Este es un rasgo fundamental de cualquier líder, pero realmente todos podemos beneficiarnos de cultivar esta habilidad, ya que de ella depende darnos a entender a otros.
Pensamiento crítico
Se trata de la manera en que evaluamos las situaciones que nos encontramos en la vida, en un intento por comprenderlas y, posiblemente, encontrar una solución efectiva a los problemas.
Pensamiento creativo
En este caso, nos referimos a nuestra capacidad de innovar, de crear cosas diferentes, percibir y explorar caminos que otros aún no han recorrido.
Manejo de las emociones
También llamada inteligencia emocional, esta habilidad nos permite identificar cómo nos hace sentir algún estimulo, y decidir de la mejor manera como reaccionaremos, a veces al margen de nuestras emociones.