Templanza: ¿Qué es y qué Significa?

En el cristianismo existen 4 virtudes morales cardinales que caracterizan al ciudadano perfecto, útil y relevante y que todos los seres humanos civilizados deberíamos practicar.

La templanza es una de esas virtudes morales junto con la justicia, prudencia y fortaleza, que se define como la moderación que un ser humano tiene en relación a los placeres y el equilibrio ante bienes materiales creados.

Dicha virtud surge en respuesta al dominio que las personas debemos tener sobre nuestros instintos manteniendo los deseos en los límites de la honestidad, lo que implica una actitud de moderación frente a todo aquello que llame nuestra atención.

El instinto humano se define como la conducta física y mental que se genera en respuesta a agentes externos y que son iguales en nuestra especie.

Desde edades muy tempranas estamos expuestos a situaciones y circunstancias que estimulan nuestro instinto humano tales como:

  • Olores que activan nuestro sentido del gusto (oler una torta, un trozo de carne).
  • Estímulos visuales que despiertan el instinto sexual (mujeres y hombres al desnudo).
  • Sonidos que provocan cambios en nuestra actitud (Una canción, el sonido del mar, del rio, el cantar de los pájaros).
  • Injusticia (maltrato infantil, femenino, animal).
  • Sentir o ver algún tipo de agresión que provoca una respuesta de huida y defensa.

Cualquiera de esas situaciones genera reacciones que suelen ser comunes entre los seres humanos pero la diferencia radica en la conducta equilibrada, moderada e individual que generaremos en torno a ellas.

¿Por qué incluir la Templanza en nuestras vidas?

Diariamente nos sometemos a situaciones que generan en nosotros placer y muchas otras satisfacen nuestras necesidades básicas como la alimentación lo cual permiten mantener nuestra vida y nuestro organismo en equilibrio.

La diferencia entre un ser humano y otro es la capacidad que tiene de moderarse frente a la tentación que se ofrece en su entorno. A continuación, citaremos algunos ejemplos:

1. Comida

Existen personas que actualmente dedican bastante tiempo de sus días a ejercitarse y a llevar un estilo de vida saludable. Esas personas ante la presencia de un pastel por ejemplo suelen manifestar prudencia y templanza ante la tentación de consumirlo.

Existen por el contrario otras personas ansiosas y con grado considerable de descuido corporal que ante un pastel sienten un gusto exagerado, llevándolas a comer en repetidas oportunidades sin pensar en lo poco saludable que resulta para sus organismos.

2. Bebidas alcohólicas

Muchas personas no tienen el hábito de consumir bebidas alcohólicas o lo hacen de manera muy esporádica, mientras que otras, deciden consumirlo rutinariamente sin límites y sin controlar sus impulsos.

El consumo desmedido de bebidas alcohólicas demuestra una falta de autocontrol y templanza que ha demostrado ser bastante perjudicial para la salud.

3. Drogas de consumo ilícito

Es quizá uno de los ejemplos más prácticos pues justamente la falta de juicio adecuado sumado a la ausencia de conciencia y sentido de pertenencia de nuestro organismo, llevan a muchas personas a incluirse en el mundo de las drogas.

Las personas mentalmente vulnerables, con fragilidad en su personalidad y falta de templanza son las que con más frecuencia toman estas conductas de consumo de drogas ilícitas.

Lo mismo sucede con el consumo del cigarrillo, el cual requiere de mucha fuerza de voluntad para no consumirlo y una vez que se hace, para poder dejar de hacerlo.

4. Conductas sexuales

Otro ejemplo bastante particular pues no gozar de la virtud de la templanza, es precisamente lo que lleva a la práctica sexual descontrolada y a la promiscuidad especialmente en jóvenes y adolescentes.

5. Templanza en la crianza de nuestros hijos

La crianza diaria de nuestros pequeños en muchas ocasiones pone al límite nuestra paciencia y es precisamente en esos momentos en los que debemos demostrar nuestra virtud de templanza que nos permita moderar como padres y evitar tomar conductas exageradas.

Mantener un carácter fuerte sin exagerar en lo dominante y controlar nuestras emociones ante esos momentos en los que nuestra paciencia se desborda, es lo que hace de nosotros unos padres con templanza.

También demostramos nuestra templanza en aquellos casos en los que nuestros hijos intentan de alguna manera dominarnos y pasar por encima de nuestras creencias y decisiones, sin embargo como padres mantenemos nuestra postura imponiendo respeto.

6. Juegos al azar

También es una de las formas más comunes que manifiestan falta de templanza y probablemente es debido a la emoción que causa la obtención monetaria de forma tan sencilla.

De manera que podemos ver que esta virtud es la que nos permite ponernos un límite bien definido en casos en los que los placeres llamen nuestra atención e intenten dominarnos.

No existe ningún problema en disfrutar de los placeres que la vida nos da, el inconveniente sucede cuando decidimos gozar de ellos en forma exagerada e ilimitada y de alguna manera estamos actuando ofensivamente a nuestros principios y creencias.

Aunque esta virtud se ha relacionado profundamente con la religión cristiana, es un acto moral que la mayoría de las personas deberíamos tomar en cuenta y practicar en nuestras vidas cotidianas pues nos acerca espiritualmente independientemente de la religión practicada.

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