La actitud es la conducta que como seres humanos adquirimos frente a un hecho determinado y a diferencia de sensaciones como el hambre, el sueño y la sexualidad, es netamente aprendida e incluye el pensamiento, el sentimiento y la necesidad.
Hablamos de actitud desinteresada cuando nuestro comportamiento frente a una situación dada es totalmente sincero y obedece a un conjunto de sentimientos que se generan en respuesta al evento.
Por lo tanto nuestra manera de pensar, hablar y expresar no tiene un objetivo, no pretende lograr una meta ni obtener algún beneficio a diferencia de la actitud interesada.
Este tipo de actitud generalmente se da en personas que se entregan a obras benéficas y a actividades de tipo comunitarias que terminar por beneficiar a terceras personas y que generan una gran satisfacción en quien las realiza.
Hoy en día a pesar del acelerado y ocupado ritmo de vida se ha incrementado considerablemente la cantidad de fundaciones sin fines de lucro formadas por grupos de personas que se dedican a atender las necesidades de los menos beneficiados.
Nuestro mundo necesita cada vez más personas entregadas a hacer obras desinteresadas puesto que si bien hemos avanzado mucho en tecnología aún existen comunidades que no logran ni siquiera estar al alcance de servicios básicos.
¿Qué significa tener una actitud desinteresada?
Implica que cuando nos relacionamos con las demás personas sean compañeros de trabajo, conocidos o familiares, lo hacemos espontáneamente sin pretender obtener algo a cambio y siempre ofreciendo lo mejor de nosotros.
Adoptamos la capacidad de ponernos en el lugar de otras personas y de alguna manera imaginar lo que podrían estar sintiendo y pensando de manera que nos sensibiliza y nos empuja a hacer un cambio en sus vidas.
Generalmente en este tipo de conducta quien sale mayormente beneficiada es la tercera persona, por lo tanto como personas desinteresadas sencillamente ofrecemos y damos lo mejor de nosotros sin ningún tipo de intención.
Características de la actitud desinteresada
Este tipo de actitud incluye factores que se conjugan y permiten que se manifieste:
1. Aceptación
Incluye el reconocimiento de alguna situación externa que enciende nuestras alarmas y nos permite reconocerla para plantearnos lo que podemos ofrecer en torno a ella.
2. Apertura
Incluye la capacidad que tenemos de abrir nuestra mente, aceptar la situación y ofrecer una oportunidad que vaya en favor del beneficio de la otra persona sin esperar ninguno para nosotros.
3. Disponibilidad
Implica la capacidad mental y espiritual que tenemos para ofrecer alguna oportunidad a otra u otras personas, de manera que podemos otorgar nuestro tiempo, sentimientos y pensamientos a contribuir con el bienestar de un sujeto o situación.
4. Solicitud
La capacidad de entender las necesidades ajenas y poder ofrecer soluciones.
Nuestra capacidad de aceptar a los demás con sus virtudes y defectos, abrir nuestra mente, tener la disposición de hacer un cambio en la vida de los demás y atender las necesidades ajenas son las cualidades de una persona desinteresada.
¿Cómo adoptamos una actitud desinteresada?
Como seres humanos todos deberíamos desarrollar valores como la lealtad, el compañerismo, la humildad y al amor hacia nuestros semejantes, entendiendo que existen personas que quizá no obran bien y que no merecen nuestro cariño y consideración.
Sin embargo no es a nosotros a quien compete juzgar a las personas, sino mantener nuestra integridad y expresar el grado de educación y sentido de compañerismo que nos caracteriza.
Por lo tanto deberíamos obrar desinteresadamente en algunos ámbitos de nuestra vida como ofrecernos para servir a los demás y entonces nuestra recompensa será la satisfacción de ver sonreír a aquellos que más necesitan de atención.
Es precisamente esa recompensa sentimental y espiritual la que hace de una actitud totalmente desinteresada pues en esos actos de ayuda y apoyo no adoptamos conductas para obtener algo a cambio, sino la satisfacción de lograr bienestar en otras personas.
Las personas desinteresadas además se muestran ser muy relajadas, despreocupadas e incluso desapegadas de situaciones complicadas y de cosas materiales pues van a más allá de lo tangible y suelen caracterizarse por su gran integridad personal.
¿Qué hacer para desarrollar la actitud desinteresada?
Como ya explicamos, las actitudes son aprendidas a lo largo de nuestra vida, desde muy pequeños y es por eso que debemos orientar a nuestros hijos a desarrollar su inteligencia emocional que terminara por definir su actitud ante la vida.
Debemos orientar a nuestros hijos a sentir satisfacción por lograr el bienestar común y especialmente a sentirse conmovidos por las distintas historias de vida de quienes los rodean.
Es fundamental enseñar y demostrar actos de bondad, amor y humildad hacia los demás de manera que nuestros pequeños se sientan alertados ante la injusticia y algunos tipos de desigualdad.
Así estaremos regalando al mundo seres humanos más sensibles y con gran capacidad para escuchar y atender las necesidades de otras personas sin esperar ningún beneficio y estar dispuestos a servir a sus semejantes.