Maltrato Infantil
Según la Organización Mundial de la Salud, el maltrato infantil se refiere a todo acto de abuso hacia cualquier menor de 18 años, que pudiera poner en riesgo su salud física y mental.
Esto incluye todo tipo de maltrato, tanto agresiones físicas como psicológicas, incluyendo el abuso sexual.
Igualmente, la negligencia es calificada como maltrato, cuando no se le brindan al niño los cuidados necesarios para su desarrollo adecuado.
Y finalmente la exposición a la violencia entraría dentro de lo que se define como maltrato infantil, es decir, permitir que el niño sea testigo de peleas o agresiones entre la pareja o el en ambiente familiar.
Lamentablemente es un problema de gran magnitud, especialmente en Latinoamérica las cifras no son nada alentadoras.
Y esto teniendo en cuenta que un porcentaje bajo llega a reportarse, pues hay muchas formas de maltrato infantil que han sido normalizadas y son aceptadas dentro de la sociedad.
Solo cuando se llega a consecuencias fatales es cuando las autoridades conocen de la situación de maltrato por la que estaba atravesando la víctima.
El Niño Maltratado
Existen algunas características en común que se pueden observar en los niños víctimas de maltrato, generalmente sienten mucho temor y no suelen compartir con otros sus experiencias.
Es posible que se evidencien cambios en su conducta, tornándose hostil o hiperactivo, desmejorando su rendimiento escolar y también aislándose.
Se puede mostrar ansioso y temeroso, puede inclusive mostrar rechazo de ir a los lugares donde ocurre el maltrato, bien sea el hogar o la escuela.
En el caso de los adolescentes es posible que se muestren rebeldes o desafiantes.
A nivel físico se pueden notar lesiones que no logran explicar o pueden brindar versiones diferentes o contradictorias.
Igualmente es importante detallar su presencia, suelen tener una higiene deficiente, mostrar signos de mal nutrición y falta de cuidado en general.
En caso de abuso sexual suelen mostrar conductas precoces o manejar información inadecuada para su edad.
Causas del Maltrato Infantil
Una de las principales razones por las que se presenta el maltrato infantil tiene que ver con los antecedentes de los padres o cuidadores, pudiendo haber sido víctimas de maltrato igualmente.
A nivel psicológico factores como el estrés, la depresión o carencia de habilidades personales para lidiar con las situaciones típicas del desarrollo infantil.
Suele ser más frecuente en familias monoparentales que no cuentan con una red extendida que pueda brindar ayuda en los cuidados del menor por lo que la falta de apoyo es un factor de riesgo.
Igualmente, aquellas familias que presenten un clima violento, donde son recurrentes las agresiones entre sus miembros.
El consumo de sustancias estupefacientes o alcohol, así como trastornos de salud mental de algunos de los padres o cuidadores están fuertemente relacionados con maltrato infantil.
Consecuencias del Maltrato en los Niños
Las consecuencias del maltrato infantil son variadas, van a depender tanto de características personales del niño, como del apoyo que pudiera recibir para solventar esta situación.
Evidentemente las secuelas físicas del maltrato también estarán condicionadas al tipo de maltrato que se aplique.
El Síndrome del Niño Sacudido, por ejemplo, deja secuelas de daño cerebral irreparable e inclusive puede causar la muerte en los bebés.
En el área emocional las consecuencias se pueden ver reflejadas en una baja autoestima del niño, usualmente acompañada de fuertes sentimientos de culpa y vergüenza.
El continuo maltrato puede sembrar profundamente la idea de que hay algo malo en él, que aun cuando se esfuerce no podrá mejorar.
Cuando un niño es maltratado por su padre o madre se quiebra la capacidad de sentir confianza y de poder establecer vínculos significativos con otro.
De nuestros padres recibimos seguridad y aprendemos lo que es el apego, si esta primera relación no es saludable es difícil poder establecer buenas relaciones con otras personas.
Así mismo, los padres son el modelo de cómo ejercer la maternidad y la paternidad, esto puede crear un profundo conflicto interno para ejercer ese mismo rol en el futuro.
Otra consecuencia es la normalización de la violencia, es como concluir si mis padres me aman y me maltratan entonces la violencia también puede ser una manifestación de amor.
A nivel conductual se pueden observar en niños víctima de maltrato comportamientos relacionados con agresividad y tendencia al aislamiento.
Dependiendo de los factores de protección que puedan rodear a este niño, existe mayor probabilidad de incursionar en un estilo de vida delictivo, así como en el consumo de drogas y alcohol.
Existe también una alta relación entre el maltrato infantil y el suicidio o las conductas de riesgo, así como las autolesiones.
Los trastornos de personalidad, de ansiedad y depresión son algunos de los cuadros clínico graves que tienen una alta vinculación con las experiencias de maltrato en la infancia.
En los casos de abuso sexual puede haber embarazos precoces o contagio por enfermedades de transmisión sexual.
Los niños más pequeños pueden mostrar conductas regresivas y pueden estar acompañados de episodios de enuresis o encopresis.
Estos trastornos se refieren a la pérdida del control de esfínteres cuando ya se había consolidado. El niño puede experimentar “accidentes” recurrentes, tanto diurnos como nocturnos.
Evitemos el Castigo Físico
Como se mencionó al inicio, el uso de castigos físicos se ha normalizado y es altamente frecuente sin considerar las secuelas físicas y emocionales que puedan dejar.
Muchas veces los castigos además van acompañados de palabras humillantes o gritos, afectando directamente el mundo afectivo del niño.
Estas situaciones muchas veces responden a carencia de herramientas en los padres para el manejo de la disciplina y de las conductas de sus hijos.
Aunado a condiciones externas relacionadas con la economía, estrés, problemas familiares entre otros.
Para evitar esto una herramienta eficaz es tomar un tiempo fuera, es decir, detenerse antes de aplicar un castigo físico o de gritar de manera reactiva al niño.
Alejarse de la situación, respirar, y una vez calmados abordar al niño acorde a la situación que se esté presentando.
De igual forma buscar ayuda profesional si lo requiere es la mejor opción.