Más allá de las sensaciones de miedo se encuentran los sentimientos de terror, en los que el individuo casi no puede controlar su cuerpo y es preso de sus imágenes y percepciones mentales.
La sensación de terror va mas allá, demostrando que las circunstancias pueden ser cruciales para la aparición de este sentimiento, que no es ajeno a ningún individuo en la faz de la tierra.
Así como en un momento de la historia de la humanidad, los hombres sintieron miedo y se alejaron de aquello que representaba peligro para todos y eso los hizo avanzar y evolucionar, adaptándose a las condiciones adversas y sacando lo mejor de estas situaciones, así posiblemente se presenta esta sensación de terror.
Sin embargo, el temor no es un componente meramente evolutivo, porque depende de muchos factores que permite que se conjuguen y haga aparecer sus efectos, en la cual la mente juega un papel preponderante y determinador.
¿Qué es el Terror?
El terror, “es la sensación de miedo incontrolable que experimentan los individuos a causa de una distorsión perceptiva de la realidad, que se presenta en diversas circunstancias y que llega a dominar de manera sustancial al cuerpo y sus funciones básicas”.
La percepción cognitiva de las cosas, llega a sufrir una alteración significativa, lo que hace que se distorsiones la realidad, volviendo un hecho tangible, en un amenaza de alto calibre y de mucho mayor valor de lo que se presenta en realidad, por lo que el cuerpo actúa de manera emergente suprimiendo algunas funciones a lo verdaderamente esencial y activando otras en modo de alerta para sortear la situación.
Si bien es cierto que “Las percepciones de los eventos de pánico excesivo, pueden ser reales, sin embargo la mente los distorsiona, convirtiéndolos en un juego tóxico de imágenes intercaladas, capaces de llevar a los individuos al colapso y al desespero presentándose en este momento un Ataque de Pánico o Ataque de Terror, por lo que el cuerpo se prepara para cualquier situación y evidencia las funciones de salvaguarda de las condiciones y funciones vitales”.
El terror altera los sentidos y puede llevarnos a la muerte, debido a que sin duda alguna las imágenes que percibimos y las que asociamos con los hechos de la realidad en un momento determinado, pueden ser verdaderamente alteradas conllevándonos a un colapso de nuestras funciones cerebrales o físicas en general.
Signos y Síntomas de un estado de Terror
Primeramente siempre se hacen las recomendaciones en la cual se debe estar muy atento a las señales que pueden llevar a este colapso, evitando la exposición a las circunstancias que posiblemente sean las causas de la alteración subyacente, en la percepción inicial, es decir, que es mejor evitar las imágenes, situaciones, estímulos y motivaciones que son el detonante de la aparición de eventos de terror.
Por otro lado muchas investigaciones científicas, han identificado que el cuerpo humano se prepara para evitar un colapso total, cuando se presenta un estado de terror, permitiendo el paso de las sustancias químicas adecuadas para estabilizar nuestro organismo, tal es el caso de la Adrenalina la cual fluye de manera instantánea y rápida, para activar las funciones vitales que eviten cualquier estado contraproducente.
Sin embargo, esto no es un hecho en todos los individuos, por lo que el terror, puede venir asociado un estado de letargo y paralización que detiene algunas funciones esenciales del ser humano, debido al estado de shock que se presenta por las impresiones de las imágenes distorsionadas, en la cual se evidencia una falta de Dopamina, por lo que el individuo no sabe cómo reaccionar o no actúa de manera adecuada a partir de los estímulos que recibe.
Por otro lado, los estados de alteración por un estado de terror, vienen asociados con alteraciones físicas importantes como la excesiva sudoración, la exposición a estas circunstancias, permiten que el sistema inmune pueda sufrir también alteraciones y los poros de la piel se preparan para sudar de manera excesiva, de la misma manera la visión se puede ver restringida, la percepción auditiva puede sufrir alteraciones, sin contar que las funciones del habla se ven limitadas.
Los ataques de terror y el terror en sí “suelen ser producto de las valoraciones que se tengan de un momento determinado, alterando los estímulos haciendo que nuestro cuerpo pueda colapsar, por lo que no es muy recomendable exponerse a estas circunstancias, con las que en la actualidad juegan mucho los medios de comunicación y que han generado una serie de películas, vídeos, libros, que nos alteran sustancialmente y que nos llevan al terror, es decir a mantenernos en un estado de estimulación permanente que puede hacernos caer en un colapso”.