Hoy describiremos algunos de los tipos de conducta identificados desde la psicología en función del ambiente y las motivaciones que la impulsan.
Comprender las razones por las cuales una persona reacciona de una determinada manera bajo ciertas circunstancias no ha sido una tarea fácil.
Muchas son las variables que influyen en la conducta, por lo que su complejidad es tan amplia como la humanidad misma.
¿Qué es la Conducta?
Es necesario partir en primer lugar de definir el término conducta antes de adentrarnos en su clasificación.
Esta la podemos describir como un tipo de respuesta que puede ser observable y resulta de la interacción entre una persona y estímulos tanto internos como externos.
La importancia del medio o del contexto radica precisamente en la modulación de dicha conducta pues va a tener una fuerte influencia de elementos como la cultura o las condiciones ambientales.
La ausencia de respuesta es también en sí misma una conducta, a pesar de que no se observe una acción concreta de parte de la persona.
Tipos de Conducta
La clasificación de la conducta es muy amplia, esto va a depender de diferentes elementos como por ejemplo si consideramos su intención, consecuencias, relación con los otros, etc.
Igualmente pueden existir diferentes categorías considerando la teoría bajo la cual se evalúe la conducta, incluyendo si es una perspectiva conductista, biologicista, social o humanista.
1. Conducta Natural
Partiremos considerando el factor aprendizaje, bajo esta premisa encontramos en primer lugar la conducta natural o innata.
Esta se refiere al repertorio conductual con el cual toda persona nace, se despliega sin esfuerzo guiados por el instinto y los reflejos con los cuales viene equipado todo niño al nacer.
Estas conductas están más relacionadas con la supervivencia, cumplen con el objetivo de garantizar la preservación de la vida.
Por ejemplo, en el bebé podemos observar la conducta de succión, lo que le permite alimentarse, al igual que la conducta de búsqueda cuando un objeto se acerca a su mejilla.
2. Conducta Aprendida
Por otra parte, se encuentran aquellas conductas que son entrenadas, bien sea a través del modelado u otras estrategias de aprendizaje.
Cualquier acción que no haya sido desplegada de manera natural, entraría en esta categoría, y su frecuencia va a depender de otros factores, como el reforzamiento.
Desde conductas verbales, motoras, hasta otras más complejas como resolución de conflictos o habilidades sociales; todas éstas pueden ser ejemplos de respuestas que han sido aprendidas.
3. Conducta Adaptativa
En este apartado se incluyen aquellas conductas que favorecen la adaptación de la persona ante el medio ambiente en el cual se desenvuelve.
Determinar si una conducta es o no adaptativa va a depender del contexto en el cual se presente y la función que ejerce allí.
4. Conducta Desadaptativa
De la misma manera ocurre con el tipo de conductas desadaptativas, van a estar de acuerdo al contexto y a la función que tengan bajo determinadas circunstancias.
Todas aquellas respuestas desplegadas por una persona que interfieran en su adaptación o impliquen un riesgo para su supervivencia estarían bajo esta categoría.
5. Conductas Disruptivas
Este término suele emplearse con mayor frecuencia bajo contextos de tipo educativos en relación con la conducta negativa que puedan presentar los estudiantes.
En este caso se incluirían todas aquellas conductas que vienen a romper el orden establecido o las normas que han sido impuestas desde el exterior.
6. Conducta Asertiva
Desde el punto de vista relacional podemos identificar este tipo de conductas como aquellas que favorecen la comunicación adecuada entre personas.
Implican un nivel de manejo de las emociones óptimo, una capacidad para expresarse clara y directa, evitando agredir u ocasionar algún daño.
Este tipo de conductas permiten establecer relaciones interpersonales positivas, un ambiente laboral armonioso o un clima familiar favorable.
7. Conductas Agresivas
Las conductas agresivas pueden presentarse en diferentes niveles de intensidad, así como en formas de expresión diversas.
Incluyen tanto agresiones de tipo verbal, emocional, psicológico, como físico, y en todo caso implican un daño hacia otros o hacia sí mismo.
8. Conductas Pasivas
Por otra parte, las conductas pasivas implican una resistencia en hacer daño a otros, al extremo de ceder completamente a la voluntad que sea impuesta desde afuera.
La conducta pasiva conlleva una paralización de las ideas y de los propios deseos, una sensación de indefensión que le hace dependiente a terceros.
Aun cuando se encuentra en contraposición de la agresión, su efecto en las relaciones interpersonales es igualmente negativo.
9. Conducta Pasiva – Agresiva
En este caso la agresividad se encuentra camuflada en una actitud aparentemente pasiva, que busca igualmente perjudicar a otro o hacerle sentir mal.
El sarcasmo, resistir a cumplir una instrucción correctamente o ser negligente ante una tarea son formas de conducta pasivo agresiva.
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