La llamada zona de confort se refiere a un estado psicológico en el cual la persona puede experimentar una sensación de control sobre los acontecimientos a su alrededor.
No existen cambios por lo que es altamente predecible su día a día, disminuyendo la posibilidad de experimentar ansiedad u otras emociones incómodas.
Aunque pareciera que estar en la zona de confort implica equilibrio o tranquilidad, lo cierto es que a la larga puede traer consecuencias negativas para la salud emocional.
¿Cómo saber si estoy en la zona de confort?
Uno de los indicadores más evidente es la rutina diaria, pasan los días, las semanas, los meses, y no vives mayores cambios ni experiencias diferentes.
La falta de estimulación puede provocar un decaimiento y apatía ante las actividades diarias, puede existir una sensación de insatisfacción generalizada.
Estas experiencias a su vez pueden desencadenar verse inmerso en un vacío existencial que puede llevar incluso hacia la depresión.
De allí la importancia de ser determinados y pasar de la queja a la acción, sacudir ese sentimiento de apatía y desgano y comenzar a asumir retos nuevos.
No necesariamente deben ser cambios bruscos, pero al menos ir introduciendo pequeñas modificaciones a tu vida podrá motivarte a ir por más.
Las situaciones novedosas siempre implican un monto de ansiedad y temor, pero lograr hacerle frente traerá muchos más beneficios y te fortalecerá como persona.
Además asumir tareas nuevas permitirá que tu creatividad se active, esta habilidad permite no solo crear cosas sino mejorar la capacidad para resolver problemas.
A medida que comienzas a ver qué eres capaz de hacer, a tener experiencias más retadoras y hacerle frente a eso retos, tu autoconfianza aumentará.
De esta forma proyectarás mayor seguridad y tus posibilidades de éxito irán en aumento cada día.
Por otra parte, vivir nuevas experiencias, conocer otras personas, asumir retos, en general contribuirán con tu desarrollo personal.
¿Cómo salir de tu Zona de Confort?
A pesar de todas las ventajas y beneficios que implica salir de tu zona de confort, hacer cambios significativos no siempre resulta fácil de lograr.
Enfrentar miedos, críticas y autocríticas, asumir retos, son decisiones que en teoría suenan alentadoras pero en la realidad son complejas.
La vida se construye sobre elecciones, en tus manos está continuar el mismo estilo de vida que hasta ahora te ha traído más días grises que soleados.
Por otro lado, puedes elegir determinarte, asumir los riesgos y sus consecuencias, sabiendo que sin importar los resultados ya el hecho de introducir un cambio es un avance.
Cómo dice una célebre frase, para obtener resultados distintos tienes que actuar diferente, esperar lo contrario sería simplemente una locura.
Ahora bien, ¿cómo comenzar a romper hábitos en la vida y dar entrada a los cambios?
Puedes empezar por lo pequeño, hacer algo diferente cada día, por muy pequeño que parezca.
Iniciar una caminata en las mañanas, si no lo haces, leer un libro, tomar una bebida diferente a la que sueles tomar, comienza a abrirte a pequeñas experiencias de cambio.
Aprende algo nuevo, hoy en día existen múltiples formas de hacerlo, busca actividades en tu comunidad o puedes acceder a plataformas virtuales donde se ofrecen cursos incluso gratuitos.
Comparte con alguien diferente, puede ser conocido o no; procura interesarte de forma genuina por conocerle, te sorprenderá lo que puedes descubrir de esta persona.
Haz cambios en tu casa, renueva un espacio, organiza ese closet que siempre dejas para después, deshazte de cosas que no usas y regala o dona alguna de tu ropa.
Estos movimientos de afuera hacia adentro pueden tener un efecto refrescante y motivador.
Consigue un aliado, alguien que pueda ayudarte a mantener la motivación por iniciar y mantener de una vez por todas, ese cambio que deseas para tu vida.
Emprender este tipo de proyectos en solitario puede resultar más cuesta arriba, comparte con alguien que sientes puede vibrar contigo en esa decisión.
Personas que compartan tu visión o en quienes puedes identificar un ejemplo a seguir, inclusive puedes apoyarte con un profesional terapeuta que te acompañe en este nuevo camino.
Visualiza la metas que quieres alcanzar y utiliza recursos como imágenes para mantenerte conectado con ese sentimiento.
Puedes colocar fotos o símbolos relacionados con esa meta y usarlos como fondo de pantalla o en algún lugar visible.
Y finalmente reprograma tus pensamientos, las acciones parten de los pensamientos por lo que es necesario desechar todas las ideas y creencias que han provocado en ti estancamiento.
Salir de tu zona de confort te permitirá tener experiencias gratificantes, pero también es posible que experimentes dificultades.
No permitas que las experiencias negativas te hagan retroceder, recuerda los errores son la prueba de que lo estás intentando.
Aprende de la experiencia, haz las correcciones necesarias y vuelve a intentarlo hasta llegar donde quieras.