La definición de antihistamínicos se refiere a los fármacos que actúan en la histamina, una enzima citoquímica que se encarga de los mecanismos inflamatorios. Acá, conoceremos más sobre estos medicamentos.
Definición de antihistamínicos
Es una sustancia química que se encarga de bloquear, inhibir o contrarrestar los efectos de la histamina, específicamente, como un antiinflamatorio sistémico.
Otra definición de antihistamínicos hace alusión a los fármacos sintéticos que evitan los efectos primarios y secundarios de la histamina.
A su vez, este fármaco es de suma utilidad en los procesos alérgicos y en el tratamiento de otras enfermedades respiratorias o cutáneas.
Partiendo de la definición de antihistamínicos, abordaremos, a continuación, otras generalidades de este grupo de fármacos.
¿Para qué sirven los antihistamínicos?
Los antihistamínicos se encargan de bloquear la acción de los receptores de la histamina, es decir, existen dos principales captadores de esta enzima: H1 y H2.
En primer lugar, los antihistamínicos de los receptores H1, se encargan de bloquear la cascada inflamatoria, específicamente, del sistema respiratorio alto y piel.
Por su parte, los antihistamínicos de los receptores H2, son más selectivos, debido a que su radio de acción está limitada al sistema digestivo, en especial, el ácido clorhídrico.
Por lo tanto, ambos fármacos se encargan de bloquear la acción enzimática de la histamina y sus potenciales receptores.
¿Cuándo se indican los antihistamínicos?
Como se mencionó previamente, existen dos receptores y de igual manera, los antihistamínicos actúan en ambos componentes de la enzima principal (histamina).
Por ejemplo, en los receptores H1, son más específicos para procesos alérgicos o inflamatorios, como la rinitis alérgica, tos seca, asma bronquial o prurito.
En cambio, los receptores H2 actúan en la mucosa gástrica, liberando el ácido clorhídrico, un componente químico que altera esta delgada pared del estómago.
Por consiguiente, estos receptores H2 y los componentes antihistamínicos evitan la liberación del ácido clorhídrico; protegiendo a la mucosa gástrica.
Estos últimos se indican en procesos digestivos como gastritis aguda o crónica, úlcera péptica duodenal y reflujo gastroesofágico (acidez estomacal).
Ahora bien, teniendo en cuenta estas generalidades de los antihistamínicos, pasaremos abordar algunos ejemplos de estos grupos de medicamentos.
Ejemplos de antihistamínicos
1. Loratadina
Este fármaco es perteneciente a los bloqueadores de los receptores de la H1, es decir, se indican en los procesos alérgicos, sean agudos o crónicos.
Por otra parte, la loratadina es uno de los tipos de antihistamínicos orales más comunes, pertenecen a la tercera generación de este grupo farmacológico.
En cuanto al modo de empleo, se indican en niños mayores de 12 años (preferentemente) y en dosis única, dependiendo del tiempo de duración y de la patología.
Con respecto a las enfermedades que se tratan con la loratadina, podemos mencionar a la rinitis alérgica, prurito, eccema, catarro común, resfriado y conjuntivitis reactiva o viral.
2. Cimetidina
Este fármaco pertenece al grupo de los inhibidores de los receptores H2, es decir, actúan en el área de la mucosa gástrica.
De esta manera, la cimetidina se encarga de neutralizar el medio o pH del ácido clorhídrico, uno de los elementos químicos que abundan en la mucosa del estómago.
Asimismo, se encargan de proteger el estómago de la acción del ácido clorhídrico, aunque, en los últimos años, han sido reemplazados por los inhibidores de la bomba protónica.
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3. Ranitidina
Por su parte, la ranitidina tiene un efecto similar a la cimetidina, de hecho, son del mismo grupo farmacológico de los bloqueadores H2.
Al igual que el anterior medicamento, ha sido sustituido por otros fármacos que cumplen acciones similares, como por ejemplo el omeprazol, pantoprazol o esomeprazol.
4. Cetirizina
Este antialérgico es perteneciente a los inhibidores antagonistas de los receptores H1, dando resultados satisfactorios en poco tiempo de empleo.
Sucesivamente, su mecanismo de acción, es prolongado y se puede indicar en niños mayores de 1 año en adelante.
En cuanto a su modo de empleo, es más específico para eventos agudos como la rinitis estacional, tos seca o bronquitis aguda viral.
5. Fexofenadina
La fexofenadina es un fármaco de segunda generación de los antihistamínicos H1, los cuales, no pasan la barrera hematoencefálica, es decir, no provocan somnolencia.
Debido a su mecanismo de acción, se puede indicar cada 12 horas, dependiendo de los síntomas presentes en el paciente.
A su vez, es uno de los más aplicados, por su mecanismo de acción prolongada y que evita provocar sueño, en especial, si se trabaja en horarios o turnos.
En cuanto a las enfermedades, actúan en la rinitis estacional, obstrucción nasal, tos alérgica y en dermatitis atópica o por contacto.
6. Maleato de clorfenamina
Por su parte, el maleato de clorfenamina es un medicamento antihistamínico de primera generación, lo que significa, que poseen un efecto sedante al tomarlo.
Por lo tanto, pasan la barrera hematoencefálica y su modo de empleo es recomendable en la noche, debido a su efecto secundario o somnolencia.
Se indica en rinitis alérgica aguda o crónica, tos seca, alergias sistémicas e inclusive en pacientes con insomnio.
Otros ejemplos de antihistamínicos
- Difenhidramina
- Dimenhidrinato
- Prometazina
- Famotidina
- Ebastina
- Astemizol
- Terfenadina
- Desloratadina
- Levocetirizina.