La bilis es una de las secreciones vitales de nuestro organismo que se produce en cantidades importantes a nivel del hígado y es depositada en otro pequeño órgano llamado vesícula biliar.
Es un líquido de color amarillo que se excreta desde el hígado y la vesícula biliar para luego ser vertido en el intestino delgado donde cumplirá funciones esenciales en la digestión de los alimentos.
En las civilizaciones Griega y Romana, se estableció una teoría que explicaba la composición del organismo dada por 4 sustancias básicas denominadas humores, los cuales debían mantenerse en equilibrio para el funcionamiento óptimo del cuerpo.
La bilis amarilla y la bilis negra eran consideradas como parte de esos humores junto con la sangre y la flema, y dependiendo entonces del comportamiento de la persona, se podía predecir en cuál de éstos humores había algún desequilibrio.
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Producción de Bilis
Para dar origen a la Bilis se llevan a cabo una serie de procesos bioquímicos y moleculares en donde se involucran las células del hígado llamadas hepatocitos los cuales tienen una configuración anatómica y funcional única en el organismo.
El hepatocito es capaz de tomar de la sangre los elementos necesarios para producir la bilis y eliminar a través de ella aquellos compuestos provenientes de la digestión que no son necesarios en el organismo o resultan ser tóxicos.
La bilirrubina es una de las sustancias principales de la bilis formada a partir de una serie de reacciones químicas sobre los glóbulos rojos y es la responsable de otorgar el color característico a la bilis.
Además en éste tipo de secreción existen otros componentes como al agua, sodio, potasio, cloro, bicarbonato, colesterol, lecitina y pigmentos biliares, que ejercen su efecto sobre el contenido alimentario presente en el duodeno.
Funciones de la Bilis
Cuando ingerimos algún alimento o bebida, el hecho de ver u oler los alimentos, hace que nuestras células del cerebro se activen y envíen órdenes a órganos como estómago, intestino, colon, hígado, vesícula y páncreas para iniciar la digestión.
La vesícula al ser estimulada, se contrae y expulsa la bilis en la segunda porción del duodeno (intestino Delgado) para iniciar su función sobre el quimo alimentario (producto de la digestión de alimentos en el estómago).
Los elementos de la bilis actúan sobre las grasas y a través de fenómenos de emulsificación reducen grandes partículas de lípidos para que alcancen un tamaño que les permita atravesar las paredes del duodeno y pasar a la circulación general.
Por lo tanto el consumo de grandes cantidades de grasas, provoca que el hígado y la vesícula aumenten su actividad y produzcan buenas cantidades de bilis para ir extrayendo los lípidos y distribuirlos a los tejidos restantes del organismo.
Otra función que cumple la bilis tiene que ver con la capacidad bactericida la cual consiste en bloquear el metabolismo de las bacterias, causando su muerte y evitando que se distribuyan en el resto del colon.
Alteraciones en la Secreción de Bilis
Existen enfermedades del hígado, páncreas, vesícula biliar y duodeno responsables de la detención del flujo de bilis que deben ser resueltos a la brevedad posible pues resultan ser perjudiciales para la salud.
Dentro de las enfermedades que producen cambios en la liberación y producción de bilis se encuentran:
1. Cálculos en la vesícula
Son depósitos de colesterol y pigmentos biliares que se forman dentro de la vesícula como consecuencia de la producción de una bilis más espesa con poco contenido de agua y alto contenido de partículas sólidas.
Cuando estamos en ayunas, es decir, no hemos consumido alimentos durante tiempo prolongado, la bilis se va acumulando progresivamente en la vesícula y se deposita favoreciendo que sus componentes se condensen y produzcan piedras en su interior.
Ocasionalmente ese contenido dentro de la vesícula puede infectarse por bacterias y causar mucho dolor, vómitos o incluso salida de los cálculos o piedras hacia el mismo hígado produciendo obstrucción del flujo de bilis.
Cuando no hay salida adecuada de bilis al intestino, las personas toman un tinte amarillento e incluso verdoso de las mismas características al que aparece cuando hay cuadros inflamatorios del hígado (Hepatitis).
2. Tumores
Cuando los tumores aparecen en el hígado, páncreas, vías biliares, duodeno e incluso vesícula biliar, pueden producción obstrucción al flujo de salida y hacer que la bilis junto con su bilirrubina se devuelva a la circulación general.
3. Pancreatitis
Es la inflamación del páncreas como consecuencia de la obstrucción de su conducto que vierte jugo pancreático en el duodeno que a su vez también puede provocar detención en el flujo de bilis y causar coloración amarillenta en piel y mucosas.
4. Hepatitis
Es la inflamación aguda o crónica del hígado al presentarse infección por los virus de la Hepatitis A, B, C, D y E que termina aumentando la producción de bilis por el mismo daño en el hepatocito.