El concepto de epidemia se refiere al aumento del número de casos de enfermos que ocurre en una población determinada de forma acelerada.
Hablar de epidemia podría resultar abrumador para muchas personas, pero en realidad es un concepto que trae consigo una serie de implicaciones que todos debemos conocer.
Epidemia, Endemia y Pandemia
El concepto de epidemia se limita exclusivamente a una enfermedad cuyos afectados se incrementan de forma muy rápida y existe un contagio de persona a persona.
Podría ser una patología infecciosa que nunca se presenta en una población, pero repentinamente aparece un infectado y se habla de epidemia.
Por otra parte existen una serie de enfermedades que forman parte de una sociedad y es considerada como endemia, pero si los casos aumentan abruptamente, sería una epidemia.
El término pandemia se refiere a aquellas enfermedades que además de incrementarse exponencialmente en una población pueden abarcar no solo países, sino continentes enteros.
Riesgo de una epidemia
Las enfermedades infecto-contagiosas, han existido desde la prehistoria y el humano ha tenido que adoptar una serie de medidas para evitar su propagación y reducir el riesgo de contagio.
Básicamente cuando una de estas enfermedades se presenta bajo la forma de epidemia, podría ocurrir el colapso de centros hospitalarios y disminución de la atención médica en la población general.
Además de eso, los grupos de edades de riesgo como los niños y ancianos, podrían verse seriamente afectados y dependiendo del tipo de patología, asociarse a altos niveles de mortalidad.
Se ha determinado que el ausentismo laboral, la alta mortalidad y las consecuencias a largo plazo de enfermedades relacionadas con epidemias, son algunos de los riesgos que se pueden generar.
Por esa razón se han creado tantas campañas que buscan educar y concientizar a la población, a tomar medidas que eviten la propagación de ciertas enfermedades.
Epidemias y pronóstico
Cuando una nación se enfrenta a una epidemia, existe una serie de factores que se suman y que pudieran empeorar el pronóstico de la enfermedad sobre la población.
Algunos desastres naturales como los terremotos y las inundaciones suelen acompañarse de epidemias producto del hacinamiento y el colapso que los acompañan.
Por esa razón en esos casos es importante que el personal médico de la zona afectada, esté preparado para enfrentar las consecuencias y hacer frente a la situación.
Por otro lado, la pobreza, el difícil acceso a un sistema de salud y el desconocimiento de las enfermedades, se convierten en enemigos en casos de brotes epidemiológicos.
A lo que se suma la situación geográfica y ambiental que condicionan a la presencia de ciertos tipos de enfermedades infecciosas como el dengue y la malaria.
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¿Cómo evitar una epidemia?
La verdad es que la respuesta a la pregunta anterior, ha sido el objetivo principal para los epidemiólogos a lo largo de décadas de estudio.
Y la respuesta aunque parece ser sencilla, incluye una serie de personajes relacionados o no con el ámbito sanitario, que resultan difíciles de controlar.
Pequeñas acciones como lavarse las manos, aseo personal, hervir el agua o procesarla industrialmente para su consumo y las vacunas, son algunas de las acciones que pueden evitar una epidemia.
Pero como podemos notar existen países cuyo acceso a los servicios básicos resulta muy complejo o costoso o sencillamente no lo ofrecen y eso dificulta este tipo de situación.
Esa es la razón por la que se hacen campañas que permitan educar a la población general y además, hacer estudios científicos que puedan ofrecer una óptima solución.
Mecanismos de respuesta ante una epidemia
Es importante que los organismos sanitarios preparen ciertas estrategias que permitan actuar de forma adecuada ante la sospecha o confirmación de una epidemia.
Para ello la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado una serie de pautas que deben cumplirse y además notificarse para crear la respectiva alerta.
Esto permitirá no solamente crear estrategias que puedan manejar la situación, sino además establecer ciertas medidas que permitan evitar la llegada de la enfermedad a otras naciones.
Dentro de esos mecanismos se encuentran:
1. Activar y ampliar los mecanismos de respuesta a emergencia
Esta activación incluye aplicar los programas y estrategias previamente planificadas acorde a las necesidades que cada población, que permitan activar la emergencia.
De manera que el personal de salud autorizado se dirige a buscar a los casos afectados para llevar a cabo las pruebas necesarias, los contactos estrechos y el tratamiento requerido.
2. Comunicarse con la Población General
La idea de la comunicación con la población general no es precisamente alarmar ni causar pánico; la finalidad es crear consciencia y conocimiento sobre la situación que se vive.
De manera que las personas puedan tomar medidas individuales, familiares, comunitarias y colectivas que permitan reducir el riesgo de adquirir la enfermedad responsable de la epidemia.
En consecuencia habrá mayor información y el objetivo común será evitar la propagación de la enfermedad y la menor afectación de la población general.