Hepatitis: Definición, Causas, Síntomas y Tipos

El hígado es una víscera macizo ubicada en la porción superior derecha del abdomen justo por debajo de las costillas y que se encarga de recibir los nutrientes provenientes de la digestión para distribuirlos a lo largo del organismo.

Además se encarga de producir bilis, una secreción en la que se liberan sustancias responsables de producir la digestión de las grasas y excretar otras que no sean necesarias en el organismo.

El hígado está dotado de un doble sistema sanguíneo, lo cual le hace ser único en el organismo y al relacionarse con la mayoría de los órganos, cualquier alteración hepática repercute en mayor o menor medida en otros sistemas.

La hepatitis es la inflamación del hígado secundaria a la infección por virus que tienen la capacidad de infectar exclusivamente éste órgano y han sido designado con el nombre de Virus de la Hepatitis A, B, C, D y E.

Dependiendo del tipo de virus que afecte al hígado, será el proceso inflamatorio el cual puede revertir en cuestión de semanas o por el contrario mantenerse durante tiempo prolongado y provocar severas consecuencias en el órgano.

Al tratarse de procesos virales es importante que la población en general tenga conocimiento sobre las consecuencias a corto y largo plazo para evitar el contagio y progresión de la enfermedad.

Causas de la Hepatitis

Cuando se presenta una infección en el organismo, ocurre activación del sistema inmunológico que es el encargado de defendernos ante una infección o incluso traumatismos.

Para permitir esa defensa se llevan a cabo una serie de reacciones en nuestro cuerpo que involucran a las células inflamatorias las cuales aumentan su actividad y ocurren 4 procesos característicos de la inflamación:

  • Rubor.
  • Calor.
  • Edema o aumento de volumen.
  • Dolor.

Cada uno de dichos fenómenos varía dependiendo del órgano en el que ocurren,  es por ello que ante un golpe en una rodilla hay hinchazón, calor, enrojecimiento y dolor pero en el caso del hígado la manifestación es distinta.

Al tratarse de un órgano macizo, cuando hay infección por alguno de los virus de hepatitis o incluso por bacterias y parásitos, hay aumento de volumen del hígado el cual puede incluso palparse en el abdomen y ser doloroso.

La actividad inflamatoria hepática compromete el flujo de bilis y la bilirrubina, uno de sus principales pigmentos, aumenta en sangre ya que en lugar de dirigirse al intestino, la misma inflamación del hígado hace que se regrese a la sangre.

Cuando aumenta la bilirrubina clínicamente es posible observarla pues se tiñe de amarillo la piel y las mucosas principalmente la del ojo y la porción inferior de la lengua.

Tipos de Hepatitis

Como ya hemos mencionado, existen 5 tipos de Hepatitis claramente descritas pero que difieren en su forma de transmisión y en el grado de afectación que provocan en el hígado.

1. Hepatitis A

Es producida por el Virus A el cual es transmitido a través de la vía fecal – oral, lo que significa que tiene mucho que ver con condiciones de higiene precarias.

El virus entra entonces a través del intestino y mediante la circulación llega al hígado y se aloja allí, desencadenando una reacción inflamatoria que aparece en respuesta al virus para procurar eliminar prontamente el virus de nuestro organismo.

En consecuencia hay inflamación del hígado que produce ictericia severa y pudiera comprometer la vida de la persona afectada.

Su manifestación inicia con fiebre, malestar general, dolor abdominal, coloración amarillenta en piel y mucosas, pérdida del apetito, náuseas y vómitos, generalmente ha habido contacto previo con otra persona infectada.

2. Hepatitis B

El virus de la Hepatitis B se transmite de una persona a la otra a través del contacto sexual o por vía parenteral, es decir, a través de transfusiones de sangre o uso de agujas intravenosas contagiadas por el virus.

El inconveniente de esta infección radica en que la inflamación en el hígado se perpetúa en el tiempo y puede provocar cirrosis hepática que afecta en mayor medida la calidad de vida de la persona y puede ocasionar la muerte.

3. Hepatitis C

Aparece también por transmisión sexual más frecuentemente así como por vía parenteral y al igual que la hepatitis B, puede provocar cirrosis hepática.

Tanto para la hepatitis B como para la C, existe tratamiento mediante unas pastillas e inyecciones que son administradas según sean el resultado obtenido en pruebas sanguíneas especiales.

4. Hepatitis D

Incluye un proceso infeccioso del hígado que aparece solo en personas portadoras del virus de la hepatitis B provocando inflamación que se hace severa en consecuencia a la respuesta producida por el virus B.

5. Hepatitis E

Es un virus que se instala en el hígado también en presencia de otro virus de hepatitis pero en este caso de la infección por Hepatitis A. Produce cuadros inflamatorios severos que pueden conducir a la muerte.

Síntomas de la Hepatitis

Las manifestaciones clínicas de la hepatitis van a variar según sea la severidad de nuestra respuesta inflamatoria pues justamente nuestro organismo activa su sistema inmunológico para poder defendernos ante la infección.

En general los síntomas son los siguientes:

1. Ictericia

Es la coloración amarillenta de las mucosas y de la piel que se debe a la presencia de la bilirrubina aumentada en sangre como consecuencia del daño celular a nivel de los hepatocitos.

Para medir la bilirrubina se toma una muestra de sangre en donde se determinarán sus valores y serán descritos como Bilirrubina total que incluye la bilirrubina directa e indirecta y orienta a cual nivel se encuentra el daño celular.

Generalmente se eleva la bilirrubina indirecta en el caso de la hepatitis ya que el daño celular ocurre en las propias células del hígado.

2. Malestar general

Se debe a la propia respuesta inflamatoria que se genera la cual libera sustancias que hacen que nuestro organismo no trabaje a su capacidad total y también ocurre como consecuencia de la fiebre que provoca la presencia del virus.

3. Pérdida de peso

En los casos de hepatitis A se debe a la falta de apetito y vómitos que muchas veces las personas padecen en torno a la respuesta inflamatoria.

En los casos de hepatitis B y C se debe al propio proceso infeccioso y a tratamiento indicado para combatir la enfermedad.

4. Orinas oscuras y heces blanquecinas

Tiene que ver con la falta de liberación de bilirrubina de forma normal lo que hace que la orina y las heces no tomen su color normal. Son signos clínicos comunes en la infección por virus hepatitis A.

La orina se torna de un color oscuro similar a las bebidas a base cola, a lo que se denomina Coluria, y a las heces blanquecinas medicamente se les denomina Acolia.

5. Dolor abdominal

Como consecuencia de la inflamación del hígado aparece dolor abdominal a predominio de la porción superior derecha.

Consecuencias de la Hepatitis

El virus de la hepatitis B y C se instauran por mayor tiempo en el hígado y son capaces de producir cirrosis hepática que es la cicatrización del hígado cuya consecuencia es la reducción de tamaño del órgano.

La cirrosis se acompaña de múltiples consecuencias como varices que causan hemorragia digestiva a todo nivel, en especial en el esófago.

También se presenta aumento de volumen en el abdomen y miembros inferiores por presencia de líquido libre puesto que termina por producir daño renal a largo plazo.

La infección por virus de la hepatitis se puede evitar y es fundamental que se haga conciencia sobre sus consecuencias para reducir su propagación y las consecuencias que genera dicha infección.

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