Hígado: ¿Qué es?, ¿Cómo Funciona?, Importancia

El hígado es una víscera maciza que se encuentra ubicada en la porción superior derecha del abdomen recubierto casi en su totalidad por los arcos costales derechos y constituye uno de los principales órganos de nuestro cuerpo.

Su forma es similar a la de un triángulo invertido y tiene un color violáceo característico con un aspecto gelatinoso que le confiere cualidades muy particulares y distintas del resto de los órganos.

Durante la gestación, una vez que el feto sale del útero, el cordón umbilical involuciona para dar origen a un ligamento que en conjunto con otras estructuras permite la fijación y estabilidad del hígado dentro de la cavidad abdominal.

Este órgano pesa 1500 gramos aproximadamente y macroscópicamente se divide en 4 segmentos llamados lóbulos hepáticos descritos a continuación:

  • Lóbulo hepático derecho, de mayor tamaño.
  • Lóbulo hepático izquierdo con un tamaño mucho menor y separado del lóbulo derecho a través del ligamento falciforme.
  • Lóbulo Caudado.
  • Lóbulo Cuadrado.

¿Cómo funciona el hígado?

El hígado es una glándula perteneciente al sistema gastrointestinal y se encarga de producir una secreción denominada Bilis.

Microscópicamente el hígado se compone de una serie de células llamadas hepatocitos cuyo producto de excreción es la bilis la cual es vertida en el intestino y permite la digestión de las grasas especialmente.

La bilis es una secreción rica en bilirrubina, un pigmento amarillento producto del  metabolismo de la hemoglobina y glóbulos rojos que a través de procesos químicos, producen unos metabolitos cuyo principal efecto se relaciona con la digestión de las grasas.

El hígado tiene una cualidad distintiva que consiste en su gran irrigación sanguínea, por una parte recibe sangre para su propia nutrición pero además recibe la sangre proveniente del intestino rica en nutrientes tomados de los alimentos.

De manera que sus células tienen la capacidad de filtrar sustancias esenciales para llevarlas a la circulación general, pero también elimina desechos tóxicos a través de la Bilis o que no son necesarios en el organismo.

Importancia del Hígado

Como hemos visto, a través del hígado pasan aquellos nutrientes tomados de los alimentos y que las células de nuestro cuerpo necesitan, pues toda la sangre venosa del intestino desemboca en éste órgano.

Toda sustancia toxica o innecesaria para nuestro organismo, es eliminada a través de la bilis, la cual se deposita en la vesícula biliar o se vierte directamente en el intestino para ejercer un efecto detergente sobra la grasa alimentaria.

Cuando las funciones de detoxificación del hígado no se cumplen adecuadamente, comienzan los procesos inflamatorios y la bilirrubina en lugar de liberarse al intestino, regresa a la sangre y las personas toman una coloración amarillenta.

Además de esto las alteraciones en el funcionalismo hepático permite el acúmulo en sangre de ciertos elementos químicos que provocan trastornos neurológicos pues su permanencia en el cerebro altera el funcionamiento adecuado de las neuronas.

En el hígado se producen los elementos de la sangre que permiten la coagulación y las proteínas que permiten generar presiones en sangre para mantener sus componentes en integridad y evitar la fuga de líquido dentro del cuerpo.

Las alteraciones inflamatorias crónicas en el hígado, afectan en gran medida la función renal también, por lo que es usual que pacientes con enfermedades hepáticas terminen por cursar con nefropatías y daño renal con posterior necesidad de iniciar hemodiálisis.

Enfermedades del Hígado

Como ya hemos descrito, los elementos tóxicos que deben eliminarse, deben obligatoriamente atravesar el hígado, por lo que es un órgano muy susceptible de recibir componentes que pueden provocar procesos inflamatorios.

Cuando un evento inflamatorio afecta al hígado, hay un gran riesgo de que ocurra cicatrización, por lo que con el paso del tiempo el hígado se va tornando más pequeño y es cuando aparece la cirrosis hepática.

Una sustancia altamente toxica para el hígado lo constituye el alcohol, el cual va favoreciendo el aumento de volumen y la inflamación del hígado hasta que llega un punto en el que el órgano se va fibrosando y pierde tamaño.

En conjunto con esa disminución de tamaño, aumenta la presión a nivel de los vasos sanguíneos que entran al hígado pues se ofrece cierta resistencia por ser de tamaño tan pequeño.

Es por ello que los cuadros de hepatopatía crónica se acompañan de varices esofágicas, rectales e intestinales y al no cumplirse la producción de proteínas y factores de coagulación, se presenta retención de líquidos y mayor riesgo de provocar la muerte.

Dado que los alimentos que consumimos tienen un procesamiento cuyo producto termina en el hígado, éste es muy susceptible ante procesos inflamatorios e infecciosos, razón por la que existen enfermedades que con más frecuencia afectan al hígado:

  • Hepatitis A, B, C, D, E.
  • Esteatosis hepática (Grasa en el hígado).
  • Cirrosis hepática con o sin hipertensión portal.
  • Cáncer de hígado.
  • Metástasis de cáncer de colon, estómago, vías biliares, páncreas, recto, ano, pulmones, próstata y útero principalmente.
  • Enfermedades hepáticas autoinmunes: hepatitis autoinmune, cirrosis biliar primaria y colangitis esclerosante.

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